Timișoara: del barroco de la Piața Unirii al modernismo de la Victoriei


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Quienes viajan a Rumanía lo hacen -por lo general- para conocer su capital, Bucarest, o la famosa región de Transilvania. Sin embargo, en el oeste del país descubrí una ciudad con mucho encanto, algo fuera del recorrido habitual, de la que les voy a contar por qué vale la pena visitarla.

Una hora de vuelo separa a Bucarest de Timișoara, la ciudad más importante del Banato rumano. También conocida por su nombre húngaro Temesvár o los alemanes Temeswar y Temeschburg, la ciudad fue construida en el sitio de una antigua fortaleza romana llamada Castrum Regium Themes. Fue esta fortaleza le que le dió el nombre a la ciudad, ya que Temesvár se refiere a un castillo – vár, en húngaro sobre el río Timiş.

A lo largo de los años, la tercera ciudad más grande del país ha sido influenciada por una gran variedad de culturas. Los romanos la utilizaron como una importante fortaleza hasta que los tártaros la destruyeron en el siglo XIII. En 1552, fue conquistada por los ejércitos turcos y permaneció bajo su protección hasta 1718, cuando la región del Banato quedó bajo el dominio austríaco, que perduró por aproximadamente dos siglos.

Turcos, austríacos, húngaros, alemanes y serbios dejaron su marca en esta maravillosa ciudad, y su influencia se puede ver hoy en día.

Si nos remontamos un poco a la Edad Media, la historia dice que Carlos I de Hungría fijó su residencia en la ciudad en 1315. En los años siguientes, se erigió un castillo real cerca de la antigua fortaleza, y fue elegida por cientos de colonos y burgueses húngaros que llegaron allí para instalarse. A mediados del siglo XIV, Timişoara estuvo a la vanguardia de la batalla del cristianismo contra los musulmanes otomanos y fue repetidamente sitiada por los estos últimos en 1462, 1476, 1491 y 1522.

Debido a su ubicación estratégica, los otomanos deseaban capturar la fortaleza húngara de Timişoara, algo que recién lograron en 1551. Tras la conquista, la ciudad fue transformada en la sede administrativa de la provincia otomana de Temeşvar. Los turcos reconstruyeron la fortaleza e hicieron de Timişoara, al igual que ocurrió con Belgrado, una importante base militar amurallada.

En 1716, los otomanos se rindieron ante el ejército imperial de los Habsburgo. Debido a que la ciudad había sido incendiada durante el asedio, debió ser completamente reconstruida, para luego convertirse en la capital del Banato de Temeswar, una provincia bajo el poder de los Habsburgo.

Durante el dominio de la Casa de Austria, se construyó una nueva fortaleza de piedra que rodeaba a la ciudad. Dentro de las murallas se levantaron residencias, hospitales, escuelas e iglesias, mientras que las fábricas se instalaban por fuera. La ciudad siguió siendo un bastión militar con una gran guarnición, en un período de marcado desarrollo económico y crecimiento de la población. En 1781, Timişoara era una de las ciudades más importantes de la monarquía de los Habsburgo y recibió la orden real de Ciudad Libre que aceleraría aún más su desarrollo.

Durante las Revoluciones de 1848, el ejército húngaro comenzó un asedio infructuoso de Timişoara que duró 114 días. En la última etapa de la revolución, la ciudad fue capturada por las tropas serbias y durante un corto tiempo fue capital de la provincia serbia de Vojvodina.

El desarrollo de la ciudad continuó después de la revolución. Entre 1849 y 1860, Timişoara se convirtió en la capital de la nueva provincia de los Habsburgo llamada Voivodato de Serbia y Banato de Temes, para luego pasar a ser capital del Condado de Temes dentro del Reino de Hungría.

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Los nuevos tranvías que recorren Timișoara

En esta época se dieron varios hitos en la historia que merecen ser enumerados:

  • En 1853 se pone en funcionamiento la primera línea telegráfica con Viena
  • En 1857 se instala por primera vez en el imperio el alumbrado público de gas
  • En 1869 se introdujeron los primeros tranvías tirados por caballos
  • En 1884 se convirtió en la primera ciudad europea en contar con faroles eléctricos de alumbrado público
  • En 1899 llegan los primeros tranvías eléctricos a la ciudad

Después de la Primera Guerra Mundial, en el año 1919, Timişoara se incorporó al Reino de Rumanía junto con la mayor parte de la región del Banato.

Si observamos la historia más reciente, en diciembre de 1989 comenzó en la ciudad un levantamiento popular contra el régimen comunista de Nicolae Ceaușescu. Ante la noticia de que un pastor calvinista húngaro iba a ser deportado por orden del régimen, los miembros de su comunidad, incluso los rumanos, se dirigieron a la plaza central como forma de protesta. La administración comunista ordenó al ejército disparar contra la congregación, pero varios oficiales se negaron y se pusieron del lado de la gente. Ese fue el comienzo de la revolución rumana de 1989, que puso fin al régimen comunista una semana después. Timişoara fue declarada la primera ciudad libre de Rumanía el 20 de diciembre de 1989.

Una buena opción para recorrer el casco histórico, conocido como Cetate, es seguir la dirección de Noreste a Sudoeste, iniciando en Piața Unirii, continuando luego por Piața Libertății y Piata Victoriei hasta llegar al Parcul Central.

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Catedrala Sfântul Gheorghe – Piața Unirii

En Piața Unirii lo que más llama la atención es la fantástica mezcla de estilos secesionista y barroco, aunque este último es el más característico. La primera construcción que atrajo mi mirada fue la Dom, como llaman localmente a la Catedral Católica Romana o Catedrala Romano-catolică Sfântul Gheorghe. Fundada en 1736, es el edificio religioso de estilo barroco más importante del Banato. Fue diseñada en Viena según los planos de Joseph Emanuel Fischer von Erlach, uno de las más conocidos arquitectos de los Habsburgo. Se construcción finalizó en 1774 y tiene una de las mejores acústicas del país.

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Casele Canonicilor – Piața Unirii

En la esquina a la derecha de la catedral, se alinean armoniosamente cuatro casas conocidas como Casele Canonicilor o Casas Canónicas. Se trata de un conjunto de edificios históricos en los números 8, 9, 10 y 11 de la plaza, construidos en el siglo XVIII, destinados a viviendas privadas en los pisos superiores, mientras que las plantas bajas se utilizaban como espacios comerciales. A continuación, dos coloridos edificios terminan de enmarcar la plaza: El que hoy alberga a la escuela primaria Nikolaus Lenau, y la Casa de los Leones o Casa cu Lei.

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Casa Comunității Ortodoxe – Piața Unirii

En el lado oeste de la plaza se concentran tres edificios pertenecientes a la comunidad ortodoxa. El primero de ellos es justamente la Casa Comunității Ortodoxe o Casa de la Comunidad Ortodoxa. De color azulado, el edificio sirve a la comunidad ortodoxa, tanto rumana como serbia. El antiguo edificio fue demolido en 1812, y en su lugar se erigió el edificio actual en 1828.

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Catedrala Ortodoxă Sârbă – Piața Unirii

Enseguida, la Catedrala Ortodoxă Sârbă o Catedral Ortodoxa Serbia se levanta frente su par católica que flanquea el otro lado de la plaza. En el sitio de la actual catedral existió hasta 1745 una iglesia de madera, que servía como lugar de culto para los cristianos ortodoxos de origen rumano y serbio. El edificio actual se construyó entre 1744 y 1748, y aunque originalmente no tenía torres, ambas se agregaron en 1791 hacia la calle trasera que no da a la plaza. En 1865, se entregó el edificio a la comunidad serbia que lo convirtió en su exclusiva catedral ortodoxa.

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Palatul Episcopiei Ortodoxe – Piața Unirii

Inmediatamente al lado de la catedral, se destaca el Palacio Episcopal o Palatul Episcopei, que fue construido entre 1745 y 1747, originalmente en estilo barroco, y donde tenía su residencia el obispo ortodoxo. Desde 1865 es administrado por la comunidad serbia. La fachada actual fue completada a principios del siglo XX, rematada por un frontis con elementos típicos del estilo neo-serbio.

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Balcones y fachada azulejada de la Casa Brück – Piața Unirii

El lado sur de la plaza está dominado por tres edificios muy representativos de la ciudad. El primero es la Casa La Elefant, cuyo nombre se debe a que en la primera mitad del siglo XIX albergaba a una taberna que llevaba dicho nombre. Si bien en los años sesenta su fachada se modificó con un estilo moderno, en los ochenta el arquitecto Şerban Sturdza le aplica elementos barrocos, para respetar la coherencia arquitectónica de la plaza. A su lado se encuentra la Casa La Trei Husari, construida en el período entre guerras, y que también tenía una moderna fachada que no encajaba con la de la plaza. En consecuencia, en el año 1983, el mismo arquitecto la remodela, en estilo histórico ecléctico. Sin embargo, la más notoria de las tres es la Casa Brück. En el lugar de la casa actual había una construcción de 1758, que recién en 1910 dio paso al edificio actual, por encargo de Salomon Brück. Esta magnífica casa es de estilo Secesión de Hungría, y está decorada con coloridos azulejos de cerámica que muestran los motivos del folclore húngaro típico de la arquitectura de Szeceszió.

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Palatul Baroc – Piața Unirii

Ya acercándome al lado este de la plaza, aparece el enorme Palacio Barroco o Palatul Baroc, que ha cumplido varias funciones desde mediados del siglo XVIII: Fue residencia del gobernador del Banato, Casa del Condado y también sede del Voivodato de Serbia y Banato de Temes. Se sabe que también ha albergado a importantes personalidades de la historia como el emperador José II (en 1767), el emperador Francisco José (en 1872) y la pareja real de Rumanía, el rey Fernando de Rumanía y la reina María (en 1923).

Y cerrando la visita de la plaza más bonita de la ciudad, me detuve en el centro a mirar alrededor en 360 grados, para no perderme nada. Allí mismo, en medio de Piața Unirii, hay dos elementos importantes para observar en detalle.

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Monumentul Sfânta Treime o Coloana Ciumei – Piața Unirii

El más notorio es el monumento de la Santísima Trinidad o Monumentul Sfânta Treime, considerado el más destacado del arte barroco en Timişoara, y que es una creación del escultor vienés Georg Raphael Donner. Fue trasladado desde Viena en 1740 y representa a los problemas capitales que afectaron a Timişoara durante la guerra con los turcos entre 1737 y 1739, incluida la peste que devastó el Banato. Por eso, también se lo conoce con el nombre de Coloana Ciumei o Columna de la Peste. Relieves figurativos recuerdan la peste, el hambre y la guerra. Mientras que en el pedestal hay estatuas de los santos Rochus, Sebastian y Karl Borromeus, en la columna sobresalen las figuras de San Juan Nepomuceno, Santa Rosalía, el Rey David y Santa Bárbara. La columna termina con un capitel jónico, en el cual se alza la imagen de la Santísima Trinidad.

El otro elemento de la plaza no es tan llamativo como el anterior. Se trata de la Fuente o Fântâna de 1894, de la que hoy día -dicen- emana agua potable.

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El antiguo edificio del Băncii de Scont

Me dirigí luego hacia Piața Libertății, por la Strada Vasile Alecsandri, previo paso por la esquina donde se encuentra el edificio que albergaba al Banco de Descuentos o Clădirea Băncii de Scont. Fue construido entre 1906 y 1908, con el estilo arquitectónico característico de aquellos tiempos, la Secesión, e impresiona la plástica de la fachada, con formas onduladas y cerámicas vidreadas. Aunque la inspiración del edificio proviene del folclore húngaro, lo primero que pensé cuando lo vi fue en el arte de Gaudí. El motivo de la colmena de abejas, típico de los bancos de la Secesión, aparece en el frontón de cerámica y sobre la entrada principal. Dicen que el estilo de esta obra era reconocido muy a menudo por la prensa, que la describió en su momento como la edificación más elegante de la ciudad.

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Piața Libertății

Lo primero que vi de la Piața Libertății es su flamante empedrado gris y rojo, en forma de anillos concéntricos. Se trata del resultado de una remodelación que finalizó en 2015, y que le da una apariencia similar a lo que era originalmente como plaza de armas.

Esta plaza es sin duda la más antigua de la ciudad. Como plaza medieval, se mantuvo hasta el período otomano, época en la que se comenzó a edificar sobre ella. Allí se levantó Baia Mare, el baño público más grande de la ciudad, que existió hasta el año 1716. El edificio más notable hoy en día es el del Antiguo Ayuntamiento o Primăria Veche de 1734, en el lado norte de la plaza, pintado con un atractivo color rojizo.

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Monumento de Santa María y San Juan Nepomuceno – Piața Libertății

Frente a este edificio se encuentra el monumento de Santa María y San Juan Nepomuceno o Monumentul Sfânta Maria şi Sfântul Ioan Nepomuk. Con una combinación de elementos del barroco y el rococó, fue realizado en piedra caliza por dos escultores vieneses en el año 1756, en memoria de las víctimas de la peste de 1738 y 1739.

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Sinagoga din Cetate

Continué mi camino hacia el oeste y giré unos metros hasta el número 6 de Strada Mărășești, para conocer la Sinagoga din Cetate. Se trata de la primera sinagoga de la ciudad abierta en 1866, y se caracteriza por su estilo ecléctico, con elementos moriscos y románticos. Es una de las más grandes sinagogas de Europa, pero fue cerrada en 1985.

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Opera Națională Română de Timișoara – Piața Victoriei

Retomé mi camino hacia la Piața Victoriei, anteriormente llamada Piața Operei, donde se proclamó a Timişoara la primera ciudad libre de Rumanía el 20 de diciembre de 1989. Fue diseñada a principios del siglo XX, cuando las murallas de la antigua fortaleza estaban siendo demolidas. En ambos extremos de la plaza, se elevan enfrentadas la Opera Națională Română de Timișoara al norte, y la Catedrala Ortodoxă o Catedrala Mitropolitană al sur. El palacio de la ópera fue abierto en 1875, y originalmente era de estilo renacentista. Sin embargo, años más tarde, su fachada fue modificada en el estilo neo soviético característico de la época comunista.

Caminé desde la Ópera hasta la Catedral, con las pausas necesarias para observar desde la plaza, cada uno de los elegantes palacios modernistas que adornan el boulevard, todos de principios del 1900.

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Fachada del Palatul Lloyd – Piața Victoriei

El primero, en la esquina frente a la ópera, es el Palatul Lloyd, de 1912, en estilo Secesión, que albergaba el Lloyd Club, un café y algunos negocios. En 1948 se convirtió en el palacio Politechnica.

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Fachada del Palatul Neuhausz – Piața Victoriei

Al lado se levanta el Palatul Neuhausz, de 1910, también en estilo Secesión, extremadamente simétrico y con un característico verde que resalta en todo el boulevard. La parte media de la fachada exterior está cubierta con un techo de latón con infinitos detalles. Su vecino, el Palatul Merbl, es de color ocre y fue construido según los planos del arquitecto Arnold Merbl, en 1911.

Cruzando la calle, se levanta el majestuoso Palatul Dauerbach, que data de 1913 y fue diseñado por el arquitecto László Székely. La fachada del edificio está dividida en cinco partes, una central compuesta por tres partes más altas, y dos laterales con pilastras y techos más bajos.

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Fachada y torre del Palatul Széchenyi – Piața Victoriei

Llegando al final de la plaza, aparece el inmenso Palatul Széchenyi, que fue erigido entre 1900 y 1914 según los planos del arquitecto László Székely. Es un edificio de cuatro pisos con espacios comerciales en la planta baja. Lo más llamativo es la torre de la esquina, de color rojo y verde oscuro, y que denota el paso de los años. Con todo esto ya no quedarán dudas de por qué le dicen a Timișoara la «Pequeña Viena«.

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Tejas esmaltadas en las torres de la Catedrala Ortodoxă o Catedrala Mitropolitană de Timișoara

Crucé el boulevard para visitar la última atracción de mi recorrido por esta fantástica ciudad rumana. Se trata de la Catedrala Ortodoxă o Catedrala Mitropolitană de Timișoara, que es uno de los símbolos de la ciudad. Fue construida entre 1936 y 1946, en una combinación de estilos rumano y moldavo, con variados elementos eclécticos. La catedral tiene 11 torres, y la principal tiene una altura de 83 metros, lo que la convierte en una de las iglesias más altas del país. Las 7 campanas instaladas pesan en total 8 toneladas. Pero lo más atractivo para mí fue observar en detalle las miles y miles de tejas esmaltadas de color verde, rojo, azul y amarillo, entramadas en muy bonitos diseños.

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Catedrala Ortodoxă o Catedrala Mitropolitană de Timișoara – Parcul Central

Y mi consejo para llevarse la mejor foto de este edificio monumental: solo basta con cruzar al Parcul Central, et voilà… Timișoara: renovándose para ser la Capital Europea de la Cultura 2021.

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014-2017).

9 comentarios sobre “Timișoara: del barroco de la Piața Unirii al modernismo de la Victoriei

  1. Como siempre,brillante y detallado post. Ya habia liedo sobre esta joyita rumana. Lei tambien que las calles secundarias necesitan renovacion y que hay un plan en marcha . Se aprecian resultados?. Rumania tiene in gran patrimonio no siempre bien atendido, dice. Saludos.

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