Wrocław: de la Plaza del Mercado a la Isla de la Catedral

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Mi segunda visita a Polonia fue con la intención de conocer el sur del país. Llegué por carretera en aproximadamente cuatro horas desde Praga. El crudo invierno me recibió con temperaturas bajísimas, pero el sol brilló durante los dos días que le dediqué a esta bella ciudad, una joya escondida en esta parte de Polonia y fuera de los circuitos tradicionales. Wrocław, como se la conoce en polaco, es la capital del Voivodato de Baja Silesia y la ciudad más importante del suroeste del país, con más de seiscientos mil habitantes y llegando a alrededor de un millón si se considera su área metropolitana.

Conocida en español como Breslavia y en alemán como Breslau, tiene el sello de distintas culturas. Fue fundada en el siglo X por el duque Vratislav de Bohemia sobre las márgenes del río Oder. El duque hizo construir allí un castillo y le dio al asentamiento el nombre de Vratislavia o Wratislaw. En el año 1000 se estableció en ella un obispado polaco. Varios años más tarde, en 1138, se transformó en la capital del Ducado de los Piastas de Silesia, la línea más antigua de la dinastía Piasta. Un siglo después, en el año 1241 la ciudad fue destruida durante la invasión de los mongoles, y gran parte de su población se vio forzada a huir, mientras que otros se refugiaron en el castillo.

Wrocław y toda Silesia fueron objeto de una intensa colonización alemana en la Edad Media. La ciudad se volvió a fundar y su arquitectura tiene un clara influencia germánica. Sin embargo, en el año 1335 cayó bajo dominio checo y en 1526, junto con todo el Estado Checo, pasó a formar parte del Imperio Habsburgo. Dos siglos más tarde, en 1741, quedó en manos del Reino de Prusia, luego de la victoria del rey Federico II «El Grande» sobre el ejército austríaco.

Durante el siglo XIX la ciudad llegó a ser una de las más importantes de toda Alemania. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, tres cuartas partes de ella quedaron en ruinas. Luego de los acuerdos de la Conferencia de Potsdam de 1945, Wrocław y la mayor parte de Silesia se convirtieron en territorio de Polonia.

Afortunadamente, los excelentes trabajos de reconstrucción permiten hoy disfrutar de una fabulosa arquitectura.

Los coloridos edificios que rodean la Rynek de Wrocław
Los coloridos edificios que rodean la Rynek de Wrocław

Como los sitios históricos de la ciudad se encuentran relativamente cerca, es posible ir de un lado a otro a pie. Lo recomiendo ya que sus callecitas son espacios únicos que se van descubriendo de a poco.

Comencé mi recorrido del primer día por la famosa Plaza del Mercado o Rynek, la segunda plaza más grande de Polonia, después de la de Cracovia. Por lo que pude ver, este sitio nunca duerme. Hay gente a toda hora caminando por allí, inclusive de madrugada y en pleno invierno. La Plaza del Mercado es el punto de reunión de los habitantes de la ciudad y también de los turistas, ya que allí se localiza una gran cantidad de restaurantes, cafeterías, bares y discotecas. Allí, sobre Rynek 14, también se encuentra la oficina del Centro de Información Turística de Wrocław.

La historia se va dejando ver en cada esquina de la ciudad. La plaza, diseñada en el siglo XIII, está rodeada por emblemáticos y coloridos edificios. Algunos conservan el estilo gótico de los siglos XIV y XV. Otros son un claro ejemplo de la arquitectura del Renacimiento y del Barroco e incluso algunos nos muestran estilos más contemporáneos.

Fachada este del edificio del Antiguo Ayuntamiento
Fachada este del edificio del Antiguo Ayuntamiento

Emplazado en medio de la Rynek se encuentra el edificio del Antiguo Ayuntamiento o Stary Ratusz. Fue construido entre los siglos XIII y XV y constituye uno de los más importantes ejemplos de la arquitectura gótica de Europa Central y del Este. La torre que domina al conjunto edilicio tiene una altura de 66 metros. En la torre destaca un bello reloj flanqueado por dos estatuas. Otro elemento que llamó mi atención fue el emblemático reloj astronómico de 1580 que se encuentra en la fachada este. Es recomendable caminar alrededor de todo el edificio para poder apreciar cada detalle de sus fachadas.

Sobre el lado sur del Antiguo Ayuntamiento se encuentra la entrada a un famoso sitio que es destino de muchos de los que visitan la ciudad: Piwnica Świdnicka, la más antigua bodega de cerveza de Wrocław, del siglo XIV. Y no olvidemos que esta ciudad es famosa por su gastronomía, y en sus restaurantes se pueden disfrutar los mejores platos de la cocina polaca. Por supuesto, no pueden irse sin probar los deliciosos pierogi.

Las casas Jaś i Małgosia o Hansel y Gretel, unidas por una arcada barroca
Las casas Jaś i Małgosia o Hansel y Gretel, unidas por una arcada barroca

Me dirigí hacia la esquina noroeste de la Plaza del Mercado, donde dos edificios unidos por una arcada despertaron mi curiosidad. Se trata de Hansel y Gretel o Jaś i Małgosia, dos casas medievales probablemente construidas en el siglo XV, que eran entonces parte del grupo de casas parroquiales de la basílica que se encuentra a sus espaldas.

Basílica de Santa Isabel de Hungría en Wrocław
Basílica de Santa Isabel de Hungría en Wrocław

La impresionante Basílica de Santa Isabel de Hungría o Bazylika św. Elżbiety, es hoy una iglesia católica edificada en la Edad Media. Su estructura se remonta al siglo XIV. La torre principal, rematada por una aguja de estilo gótico, tenía originalmente 130 metros de altura. Sin embargo, la iglesia fue dañada por una tormenta en 1529, que destruyó dicha torre. La misma fue reconstruida entre 1531 y 1535 en estilo renacentista, ahora tiene 91 metros de altura y existe en la parte superior una plataforma de observación con vistas de toda la ciudad. Es accesible mediante una escalera de 300 escalones.

Desde 1525 hasta 1946, la basílica fue la cabeza de la Iglesia Luterana de Silesia. En 1946 fue expropiada y pasó a manos de la Iglesia Católica Romana de Polonia.

Venta de tulipanes en Plac Solny
Venta de tulipanes en Plac Solny

Retomé el camino por la Plaza del Mercado, e inmediatamente ingresé a la Plaza de la Sal o Plac Solny. Antiguamente, se alineaban en esta plaza puestos de venta de sal y de otros productos como miel, cera, caviar, té y carne de cabra. Los últimos puestos de sal fueron retirados de la plaza en 1815, pero el comercio allí continúa, ya que hoy en día está repleta de puestos de venta de flores. El resto del día continué disfrutando de esta zona. Creo haber rodeado la Plaza del Mercado más de cuatro veces, y en cada recorrido pude ver algo distinto. Sin duda es el lugar que no puede faltar en una visita a la ciudad.

Edificio de la Universidad de Wrocław
Edificio de la Universidad de Wrocław

A la mañana siguiente luego del desayuno, me dirigí hacia el río por la calle Odrzańska, y llegué al edificio de la Universidad de Wrocław, que fue establecida como una academia por el Emperador Leopoldo I en el año 1702. Recién en 1811 se convirtió en universidad. Ingresé al edificio por su escalera central y llegué a las puertas del Aula Leopoldina, una majestuosa obra de arte barroca realizada entre 1728 y 1741. Al final de la escalera, pude disfrutar de la amplia terraza al aire libre con muy bonitas vistas del río y del otro lado de la ciudad.

Seguí el curso del Oder hacia el este, por la calle Grodzka, y llegué al puente Piaskowy, que une esta parte de la ciudad con la isla Piasek, que se traduce como isla de Arena. El puente indica el inicio de la ruta que conduce a la ciudad medieval. La isla Piasek se originó como un pequeño banco de arena, que ha sido un centro religioso desde el siglo XII. Está dominada por la Iglesia de Santa María en la Arena y rodeada por un parque muy verde.

Puente Tumski en la parte norte de Wrocław
Puente Tumski en la parte norte de Wrocław

Caminé por la orilla de río hasta llegar al puente Tumski, construido entre 1888 y 1892. Este puente me llevó hasta la Isla de la Catedral, cuyo nombre en polaco es Ostrów Tumski. Aquí, en esta isla, comenzó la historia de la ciudad de Wrocław. Luego de la fundación de la ciudad por parte del duque Vratislav de Bohemia, en el año 1000 se estableció un obispado y la isla se convirtió en el centro del poder ducal. Cuando la ciudad se mudó a la margen izquierda del río Oder en 1292, la isla continuó siendo la base de la autoridad eclesiástica.

Monumento a San Juan Nepomuceno frente a la Colegiata de la Santa Cruz y San Bartolomé
Monumento a San Juan Nepomuceno frente a la Colegiata de la Santa Cruz y San Bartolomé

Al ingresar a la isla, el edificio más notable para mí fue la Colegiata de la Santa Cruz y San Bartolomé o Kolegiata Świętego Krzyża i św. Bartłomieja, que es una iglesia gótica de dos plantas cuya construcción se inició en 1288. Es la segunda iglesia más grande de la Isla de la Catedral. Frente a ella, destaca el Monumento a San Juan Nepomuceno.

Catedral de San Juan el Bautista
Catedral de San Juan el Bautista

El otro edificio importante en la isla, es la magnífica Catedral de San Juan el Bautista o Archikatedra św. Jana Chrzciciela. Es la sede de la arquidiócesis católica de Wrocław y un símbolo de la ciudad. Es una iglesia gótica con añadidos neogóticos y el edificio actual es la cuarta iglesia que fue construida en el sitio. La primera iglesia en el lugar de la actual catedral fue construida a mediados del siglo X.

Mi recorrido de este segundo día en Wrocław, luego de la visita a la famosa Isla de la Catedral, se completó con un paseo por la Galeria Dominikańska, lugar ideal para hacer compras en tiendas de los más variados gustos. El tiempo restante lo dediqué a disfrutar del sol en la Plaza del Mercado saboreando una completa merienda en uno de sus tantos cafés. También allí compré algunos regalos típicos polacos, entre los que recomiendo los dulces de Polskie Frykasy. Las mejores cerezas cubiertas en chocolate de toda Polonia -y por qué no de toda Europa- las probé en este lugar!

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2015).

Varsovia: de la Ciudad Vieja a la Ruta Real

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Haber elegido Varsovia como final de un viaje por Europa en verano fue una decisión muy acertada. A pesar de haber sufrido los embates de distintas guerras, la ciudad ha sido reconstruida a la perfección, recuperando para sí los rasgos típicos que la han caracterizado a lo largo de su historia.

La capital polaca, con más de dos millones y medio de habitantes en toda su área metropolitana, es también la ciudad más poblada del país. Su ubicación en el centro de Polonia, la convierte en un verdadero nudo de comunicaciones con el resto del país y con las grandes urbes de la región. Es atravesada de norte a sur por el río Vístula, pero los barrios más emblemáticos se encuentran sobre la margen izquierda del mismo.

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Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja

Inicié el recorrido por la famosa Ciudad Vieja o Stare Miasto, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980, y sin duda fue la mejor manera de incursionar en su apasionante pasado. Esta parte de Varsovia fue fundada entre los siglos XIII y XIV. Su centro neurálgico, la Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja o Rynek Starego Miasta, está rodeada de coloridas casas que fueron reconstruidas después de la Segunda Guerra Mundial. Los bares, tiendas y restaurantes que la circundan le dan una atmósfera nostálgica pero vivaz. En el centro, la estatua Syrenka representa el símbolo de la ciudad. Se trata de una sirena que sostiene una espada en su mano derecha y un escudo en la izquierda, en referencia a la leyenda del personaje medieval de Melusina del río Vístula, quien condujera al duque Bolesław II de Masovia al lugar indicado para la fundación de Varsovia. En esta parte de la ciudad fue donde probé uno de los platos típicos de la cocina polaca: los pierogi. Se trata de una variedad de pasta frita de forma redondeada que suele tener como relleno queso, puré de papas, cebollas, carne, huevo o frutas, en distintas combinaciones.

Para ver la muralla medieval y la Barbacana, me desvié por unos instantes hacia el norte, siguiendo la calle Nowomiejska. En la Edad Media, Varsovia estaba protegida con una doble muralla, como pocas ciudades en Europa, y su parte más antigua es la Barbacana que también fue restaurada a escala real luego de la guerra. Regresando hacia la plaza en dirección sur, seguí por la calle  Świętojańska para ver las dos iglesias más destacadas de esta parte de la ciudad. La primera y más pequeña es la Iglesia de los Jesuitas, de brillantes paredes rosadas y amarillas, y a su lado, la Catedral de San Juan de estilo gótico, con su imponente fachada de ladrillos rojos.

Mirando a mi alrededor en una y otra esquina, noté en todo momento la presencia infinita de color, más de lo que me hubiera imaginado. Tonos rojizos, amarillos, anaranjados, ocres y hasta verdes, se amalgaman en las paredes de esta parte de Varsovia para formar una postal soñada.

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Plac Zamkowky con el Castillo Real o Zamek Królewski a la derecha

Terminando mi recorrido por la Ciudad Vieja, llegué a la Plac Zamkowky, donde se levanta el impresionante Castillo Real o Zamek Królewski. La decisión de construir este castillo fue tomada cuando Zygmunt III Waza, quien fuera Rey de Polonia y Gran Duque de Lituania, decidió trasladar la capital desde Cracovia a Varsovia en 1596. Cabe señalar que en el siglo XVI, el país se llamaba República de las Dos Naciones o Rzeczpospolita Obojga Narodów, formada por Polonia y el vasto territorio que en ese entonces poseía Lituania. Fue la época de oro para este estado, que se convirtió en una de las mayores potencias de Europa, donde existía una relativa prosperidad y tolerancia religiosa.

El imponente edificio del castillo, de color rosado intenso y cúpulas verdes, fue construido en estilo barroco temprano por arquitectos italianos, incorporando además el castillo anterior que estaba en ese sitio. Una columna erigida en 1644 en el centro de la plaza, conmemora al Rey Zygmunt, simbolizado como una figura religiosa.

Continuando la larga pero interesante caminata por parte de la historia de Varsovia, y saliendo ya de la plaza, me esperaba el inicio de la Ruta Real o Trakt Królewski. Su nombre se debe a que era utilizada por los reyes para dirigirse desde la residencia oficial en el Castillo Real, hasta sus palacios de verano en la afueras de la ciudad. Pero antes de empezar a recorrerla, y para quienes disfruten de las vistas panorámicas, les recomiendo subir a la torre con mirador que se encuentra al inicio de esta ruta y tomar las mejores fotografías. Desde arriba, las vistas de la Ciudad Vieja son incomparables.

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Iglesia de la Santa Cruz sobre la Ruta Real

Al descender, tomé la primera calle de la Ruta Real: Krakowskie Przedmieście. Lo primero que destaca de la mano izquierda es la Iglesia de Santa Ana, con su imponente fachada neoclásica. Le siguen la Iglesia de las Carmelitas, el majestuoso Palacio Presidencial y el Hotel Bristol, el más lujoso y caro de toda la ciudad. Luego de cruzar un parque muy verde y arreglado, llegué a la Iglesia de la Visitación, uno de los pocos edificios que prácticamente no sufrió daños durante la guerra. Casi todos los demás fueron reconstruidos en base a pinturas de célebres maestros como Canaletto y planos de la época. El interior de la iglesia resguarda un órgano el cual tocaba Fryderyk Chopin, cuando cada domingo asistía a la iglesia con el grupo de alumnos del Liceo de Varsovia. Más adelante le siguen el edificio de la Universidad, la Iglesia de la Santa Cruz de estilo barroco y el Palacio Staszic, sede de la Academia de Ciencias y de la Sociedad Científica de Varsovia. Al frente, destaca el monumento al astrónomo polaco Nicolaus Copernicus.

La siguiente calle de la Ruta Real es Nowy Świat. Su nombre significa Nuevo Mundo y en ella se alinean bonitos palacios de estilo neoclásico, que también fueron reconstruidos después de la guerra. Hoy es una de las calles más animadas de toda la ciudad, con innumerables bares y elegantes tiendas de diseño. Uno de sus tantos restaurantes, que me atrajo por su terraza sobre la vereda, fue el lugar que elegí para tomar un descanso y disfrutar de un fresco atardecer de verano.

 

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014-2015).