Algunos hemos tenido la suerte de conocer Holanda, un país pequeño en cuanto a su tamaño, pero enorme si consideramos la cantidad de opciones que ofrece al visitante. Por eso, para quienes se pregunten qué ver en Holanda además de Amsterdam, hoy les traigo mis sugerencias para pasar un día en Rotterdam, la segunda ciudad del país, situada en la provincia de Zuid-Holland u Holanda Meridional. Fue un amigo argentino que vive en Holanda quien me recomendó visitarla y no se equivocó en absoluto.
Los orígenes de la ciudad como tal se remontan al siglo XIII, cuando un asentamiento situado alrededor de una presa sobre el río Rotte comienza a expandirse. En 1360, Rotterdam ya contaba con una muralla defensiva, y cien años más tarde se construía la iglesia Laurenskerk, que se conserva desde entonces. En el siglo XVI, la ciudad emprende la ampliación de su puerto, porque ya en ese entonces Rotterdam tenía un lugar muy importante en el comercio marítimo. El puerto de Rotterdam creció lenta pero constantemente, convirtiéndose en la sede de varias empresas comerciales, entre ellas la legendaria Compañía Holandesa de las Indias Orientales.
Las páginas trágicas de la historia de Rotterdam se escriben durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Luftwaffe la bombardea durante 15 minutos, destruyendo miles de casas y edificios que hoy le darían un aspecto muy similar a lo que vemos en Amsterdam. Otro bombardeo, pero en este caso de las fuerzas aliadas en 1943, complica aún más la situación. En los años cincuenta comienza la reconstrucción, pero con una impronta totalmente nueva, que la llevará a diferenciarse en lo arquitectónico del resto de sus pares holandesas.

Y esta impronta de vanguardia la percibí apenas bajé del tren, en la Estación Central de Rotterdam, un centro de tráfico moderno y eficiente cuya construcción finalizó en 2014, y que reemplazó al edificio de 1957. Lo más llamativo es la extensión angular del techo revestido de metal, que se proyecta sobre la plaza pública o Stationsplein. La estación es hoy un punto de referencia de la ciudad, y a ella se puede llegar desde Amsterdam en tan solo cuarenta minutos, gracias a los servicios Intercity del ferrocarril holandés.

Saliendo de la estación en dirección al centro por Kruisplein, se empiezan a ver los modernos edificios sobre Mauritsweg. Angulosas, coloridas y con movimiento, las estructuras del complejo de edificios Calypso son una componente del plan de estrategia urbana del centro de la ciudad.

Cómo punto inicial de la ruta cultural, este desarrollo inmobiliario se compone de apartamentos, un área comercial y de negocios y una llamativa iglesia: Pauluskerk, de forma redondeada y con un cálido color cobrizo. Desde esta esquina, caminé hasta Lijnbaan, la principal calle comercial de Rotterdam y la primera peatonal construida a tal fin en Europa. Fue inaugurada en 1953 en la época de la reconstrucción del centro de la ciudad. De allí, a pocas cuadras en dirección este, se encuentra otro de los íconos arquitectónicos de la ciudad: el Markthal.

El Markthal se convirtió en un hito de la arquitectura en Rotterdam incluso antes de su finalización en 2014. Se ubica justo al lado de la estación de tren de Blaak. Este edificio alberga el primer mercado cubierto de Holanda que integra también restaurantes, viviendas y estacionamientos. El enorme arco contiene apartamentos residenciales en sus secciones superiores, pero la planta baja está abierta al público y allí se puede disfrutar de todo tipo de comidas.

Como nota de color, en la parte interior de la bóveda, la obra El Cuerno de la Abundancia del artista holandés Arno Coenen, de 11.000 metros cuadrados, representa una de las piezas artísticas más grandes de Holanda. Coloridas imágenes de los productos que se encuentran en el mercado, de algunos insectos y de varios edificios de la cuidad, están plasmadas en una impresión totalmente digital realizada con tecnología Pixar.

De allí estamos a un paso de la obra que ha sido la imagen de casi todas las guías turísticas de la ciudad en los últimos treinta años: las Casas Cubo o Kubuswoning. Estas casas son en realidad cuarenta cubos amarillos girados en un ángulo de 45 grados y emplazados sobre pilares. Fueron diseñadas por el famoso arquitecto Piet Blom en los años ochenta. Las casas cúbicas fueron pensadas como un bosque urbano. Para tener esta sensación, habrá que caminar debajo de ellas y mirar hacia arriba con un poco de imaginación, y con suerte ver el sol atravesando los espacios vacíos que quedan entre ellas. Las casas tienen 100 metros cuadrados, pero solo un 75 por ciento del espacio es utilizable por causa de sus formas y esquinas de baja altura. Cada casa consta de tres plantas, y una de ellas ha sido transformada en museo así que es posible visitarla. Toda la estructura del grupo arquitectónico forma a su vez un puente peatonal que cruza una de las carreteras más transitadas de la ciudad.

Luego de caminar durante toda la mañana, fui a conocer el tradicional barrio Scheepvaartkwartier o Nieuwe Werk, a orillas del rio Nieuwe Maas. El pequeño puerto de Veerhaven y el Parklaan, con sus construcciones monumentales de alrededor de 1900, conforman el centro del barrio, un paisaje urbano protegido a nivel nacional. Elegí una mesa afuera del tradicional Grand Cafe Loos, en la planta baja del Atlantic Huis, un edificio Art Deco de los años treinta, con fachada revestida de ladrillos rojos. El lugar tiene una excelente oferta gastronómica, algo ideal para un almuerzo de domingo al sol.

Por la tarde reservé tiempo para estar en contacto con la naturaleza. La idea fue dar una caminata a la sombra de la arbolada Parklaan y llegar hasta el final de la calle, para luego alcanzar la orilla del río y recorrer Westerkade y el tranquilo dique del puerto histórico de Veerhaven. Para mí, éste es uno de los lugares más bonitos de Rotterdam, que conserva el silencio y el encanto de una época gloriosa. Aunque en otros tiempos amarraban allí los barcos de compañías famosas y también los yates del Royal Yacht Club, hoy las renovadas goletas mantienen viva la rica historia marítima de la ciudad.

Ya sobre la orilla del río, se ve la silueta del moderno Puente de Erasmo o Erasmusbrug, el nuevo símbolo de acero que llegó a la ciudad en 1996. Diseñado por Ben van Berkel, tiene poco más de ochocientos metros de largo y cruza el río Nuevo Mosa conectando las partes norte y sur de la ciudad. Ha tomado el nombre del famoso humanista, filósofo y teólogo de Rotterdam, Desiderius Erasmus. Pero naturalmente, al ser una estructura holandesa, también ha recibido un apodo. En este caso, al puente se lo conoce localmente como El Cisne o De Zwaan, y no es tan difícil ver la figura de un cisne cuando se lo mira desde la orilla. Y si no, usemos un poco la imaginación!

Crucé el puente para conocer el barrio Kop van Zuid, que está en plena regeneración. En esta zona se levanta un enorme edificio, el De Rotterdam, que debe su nombre a uno de los barcos de la Holland America Line que transportaba a miles de europeos que emigraron a los Estados Unidos. Las tres torres apiladas en forma irregular alcanzan los 150 metros de altura, y su enorme superficie lo convierte en el edificio más grande de los Países Bajos. A algunos metros se encuentra también el premiado rascacielos residencial llamado Montevideo, y hacia el final, el Hotel New York, el edificio que verdaderamente representa la historia de la zona. Este edificio modernista era la antigua sede de la empresa de cruceros Holland America Line. Miles de emigrantes europeos comenzaron el viaje hacia una nueva vida desde ese lugar, embarcando en el famoso muelle Wilhelminakade. La fachada del hotel conserva el letrero original en color dorado, y les recomiendo entrar para ver lo que era este edificio en su época dorada, ya que se mantiene en perfectas condiciones. Visitarlo es como hacer un viaje al pasado. Para terminar el recorrido, viene muy bien un rico café con torta en el restaurant del complejo de cines Lantaren Venster con vistas al río, para luego regresar en metro a la Estación Central de una ciudad encantadora a pocos minutos de Amsterdam.
© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014-2019).
Excellent post and super nice pictures. Surely a must-go when visiting Holland.
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Thank you Ciro for your comment. Definitely a must when in Holland.
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