Lyon: la Presqu’île y las calles del barrio viejo


website translator plugin
Francia siempre me ha llamado la atención. Por donde se la mire, tiene todo lo que un viajero puede esperar. Es auténtica, vibrante e inspiradora. Y cada rincón de ese país nos depara alguna sorpresa.

Esta vez mi viaje me llevó a Lyon, la capital del departamento de Rhône, y de la región Rhône-Alpes. Tercera ciudad de Francia por el tamaño de su población, colmó ampliamente mis expectativas. Los orígenes de la ciudad se remontan a la época romana, cuando en el año 43 a.C. se funda la colonia conocida con el nombre de Lugdunum. El centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1998.

DSC_9500
Pont Bonaparte sobre el Saona, entre la Presqu’île y el Viejo Lyon

La ciudad está emplazada en la confluencia de dos ríos, el Ródano y el Saona. La porción de terreno entre ambos ríos se la conoce como Presqu’île, debido a la forma que ésta posee al asimilarse a una península, siendo «casi una isla» como la palabra en francés lo indica.

Caminando de norte a sur por la Presqu’île, que es bien extensa, pude admirar los fabulosos edificios que rodean la Place des Terreaux, entre los que destacan el Hôtel de Ville o Ayuntamiento de Lyon y el Museo de Bellas Artes ubicado en el Palais Saint-Pierre. Al norte de la plaza, la fuente Bartholdi del Siglo XIX simboliza los cuatro ríos más importantes del país, el Sena, el Loire, el Ródano y el Garona, dominados por una dama en un carruaje que representa a Francia. Esta fuente fue originalmente encargada al joven Bartholdi por la ciudad de Burdeos, pero su valor hizo imposible que se concretara la operación. Finalmente fue el alcalde de Lyon quien decidió comprarla y emplazarla en su sitio actual.

DSC_9496-a
La fuente en Place des Jacobins

Siguiendo hacia el sur, crucé la Place des Jacobins, cuyo centro es dominado por una fuente recientemente restaurada, que contiene las esculturas de cuatro célebres lioneses: el grabador Gerard Audran, el escultor Guillaume Coustou, el pintor Hyppolite Flandrin y el arquitecto Philibert Delorme. Continuando en la misma dirección llegué a la gran Place Bellecour, centro neurálgico de Lyon, donde se encuentra la Oficina de Turismo que dispone de gran cantidad de información para el visitante. En medio de esta plaza, se sitúa la estatua ecuestre de Luis XIV, rey de Francia y de Navarra entre 1643 y 1715. Allí también confluyen las principales líneas del metro.

Antes de caminar hacia el Saona, me desvié un poco hacia el este para conocer la Place Antonin Poncet, donde se erige un antiguo campanario.

Del otro lado del Saona y a los pies de la colina Fourvière, el Viejo Lyon seduce hasta el público más exigente, con edificios medievales y renacentistas. El barrio más emblemático del Vieux Lyon es Saint-Jean. Las callecitas de esta parte de la ciudad son especialmente atractivas, con sus bares, restaurantes y tiendas de souvenirs, que se esconden en los más fascinantes edificios. La icónica Catedral de Saint-Jean destaca a primera vista, con su mezcla de estilos románico y gótico, ya que su construcción se inició en el siglo XII y recién finalizó tres siglos más tarde. A solo unos pasos de la Catedral, me esperaba el funicular 2 para subir a la colina Fourvière. El funicular 1, en cambio, se dirige a Saint-Just.

DSC_9448-a
Basílica Notre-Dame de Fourvière

Las vistas apenas descendí del funicular en la estación Fourvière fueron el mejor regalo. Primero, la brillante fachada de la Basílica Notre-Dame de Fourvière se notaba excelentemente mantenida – recordemos que es un edificio que se construyó en el Siglo XIX. El interior también luce impecable. Y más tarde, los miradores alrededor del edificio, me enseñaron las mejores vistas de toda la ciudad, desde donde pude apreciar la magnitud de la misma, teñida de rojo por sus tejados. La vista se extiende incluso hasta el barrio moderno de Part-Dieu, donde se encuentra la estación central de trenes de Lyon y la famosa torre circular de 165 metros de altura que alberga oficinas y un hotel.

Decidí descender a pie por uno de los tantos caminos que conducen nuevamente hacia el punto de partida en el barrio de Saint-Jean, donde aproveché el resto del tiempo para recorrer la calle homónima. Ya era hora de encontrar algún sitio para descansar luego de tan placentero recorrido. Y estaba en el lugar indicado.

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014-2015).

10 comentarios sobre “Lyon: la Presqu’île y las calles del barrio viejo

  1. Ya te lo apunte en otro comentario….Paris que es mucho Paris y eclipsa a muchas joyas de Francias,que son miles, injustamente, una de ellas es la FABULOSA LYON, otra de mis ciudades favoritas en Europa!Que bueno que escribas tan bien sobre esta soberbia ciudad! Si no existiera Paris estariamos hablando mas de Lyon!

    Me gusta

  2. Luego de muchos años de no viajar por Francia, en esta oportunidad llegamos con mi esposa a esta bellisima ciudad de Lyon, recomiendo no pasar de largo, no incluida en las rutas habituales, puede ser recorrida en 3 dias, para quedar encantado.

    Me gusta

Déjame tu comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.