San Marino: las Torres Medievales del Monte Titano


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Quería conocer un país nuevo. En realidad, un país nuevo para mí, porque justamente el que elegí, es el estado soberano más antiguo del mundo: San Marino. La Serenissima Repubblica di San Marino es una Ciudad-Estado, que cautiva al viajero con su silueta inconfundible sobre la cumbre del Monte Titano. Esta antigua república europea supo guardar intactos sus valores de identidad y libertad a lo largo de los años, y sus dos centros históricos más importantes – la Città di San Marino y Borgo Maggiore, junto con el Monte Titano, fueron declarados Patrimonio Universal por la UNESCO en el año 2008.

Una soleada mañana de febrero, tomé el auto en Bologna y en poco más de una hora y media, me encontraba cruzando la frontera ítalo-sanmarinense, pasando por debajo de un orgulloso letrero que decía: «benvenuti nell’antica terra della libertà«. El auto es la opción ideal para este tipo de viajes de un día, con la ventaja de que hay varios estacionamientos disponibles en el acceso a la ciudad. Particularmente yo recomiendo estacionar en el Parking 9, porque allí mismo se accede a una serie de ascensores públicos para trasladarse hasta el centro histórico, que se encuentra casi unos diez pisos más arriba. El ingreso lo hice a través de la conocida Porta San Francesco.

Vista del paisaje natural desde lo alto
Vista del paisaje natural desde lo alto

A esta altura del camino, me tenté a detenerme para apreciar el bonito paisaje campestre que se extiende ladera abajo, donde se funden los verdes, marrones y azules a la distancia. Cuanto más ascendía, y siendo que no había nubes en la cercanía, el panorama era aún mejor. Es indudable que la naturaleza también forma parte del patrimonio de San Marino.

Haciendo un poco de historia, la tradición nos dice que un cantero dálmata, el Santo Marino, llegó como refugiado a Rimini en el año 257, tras las persecuciones del Emperador Diocleciano. El diacono fundó en el año 301, una pequeña comunidad en la zona más protegida del Monte Titano, y con el tiempo este asentamiento dio origen a San Marino. Los primeros documentos históricos datan del año 885, de donde surge la existencia de una disputa de tierras con el obispo de Rimini. En otros documentos del año 1243, figuran los nombres de los dos Capitanes Regentes, que eran los antiguos Cónsules o Jefes de Estado. Los sanmarinenses siempre demostraron su aversión a la expansión territorial, y desarrollaron alianzas que les llevaron a obtener un territorio de tan solo 61 kilómetros cuadrados, cuyo tamaño no varía desde el año 1463.

Monumento a Giuseppe Garibaldi
Monumento a Giuseppe Garibaldi

Subiendo por la Via Donna Felicissima, apareció sobre una esquina el monumento a Giuseppe Garibaldi. A pesar de que Garibaldi tiene monumentos por toda la península, en esta ciudad posee un noble sentido. Durante el Risorgimento Italiano, San Marino se convirtió en un refugio seguro para quienes participaban en los movimientos liberales. Sin embargo, esta posición no era fácil de mantener ante Austria y el Estado Pontificio, y fue por esta razón que la petición de Garibaldi en 1849, para poder pasar por el territorio de San Marino no fue concedida. Su intención durante ese período era llegar a Venecia, la única república que todavía estaba en condiciones de resistir a los austriacos. La posibilidad de salvación era refugiarse en la pequeña San Marino. Así fue que repitió su petición, enviando dos mensajeros y, sin esperar respuesta, entró en el territorio de San Marino con sus 1.500 hombres. El Regente concedió asilo y llegó al rescate de Garibaldi y sus hombres. A cambio, se aseguró de que San Marino no se involucraría en ningún enfrentamiento armado. En la noche del 31 de julio, Garibaldi junto con 150 de sus soldados más leales, abandonaron la República y evadiendo la vigilancia de los soldados austriacos, se dirigieron hacia Venecia logrando su cometido.

Piazza della Libertà y Palazzo Pubblico
Piazza della Libertà y Palazzo Pubblico

Más adelante en el camino, me dio la bienvenida la encantadora Piazza della Libertà, con el incofundible Palazzo Pubblico de fondo. Este palacio fue reconstruido en estilo neogótico en 1894, en el sitio donde se encontraban los cimientos de la antigua Magna Domus Comunis o Casa Grande del Comune, que fuera construida a finales del siglo XIV. Los sanmarinenses se identifican plenamente con este lugar, ya que es donde residen los Capitanes Regentes, el Consejo Grande y el Gobierno de la República. Allí también se celebran los más importantes eventos civiles. Entre los meses de mayo y septiembre, durante el día y una vez cada hora, la Guardia di Rocca lleva a cabo el cambio de guardia.

Statua della Libertà
Statua della Libertà

La Statua della Libertà, de estilo neoclásico y realizada en mármol blanco de Carrara, está situada entre la Parva Domus Comunis o Pequeña Casa del Comune y el Palazzo Pubblico. Donada por una Condesa alemana a la República en 1876, la estatua simboliza la libertad, representada por un guerrero que avanza con su mano derecha extendida hacia adelante y la izquierda sosteniendo una bandera. Sobre la cabeza de la estatua hay una corona con tres torres que representan a la ciudad fortificada de San Marino. La estatua está representada en las monedas de dos centavos de euro acuñadas en San Marino.

Piazza della Libertà
Piazza della Libertà

Los detalles en las fuentes y monumentos son realmente llamativos, como esta canilla con la forma de la cabeza de un animal. Las piedras ásperas de las construcciones denotan con evidencia el paso del tiempo y transmiten una sensación de fortaleza, protección y seguridad.

Bandera de San Marino en el Palazzo Pubblico
Bandera de San Marino en el Palazzo Pubblico

Los símbolos son en San Marino más que elocuentes. El escudo, que también forma parte de la bandera, lleva encima una corona cerrada representando a la soberanía. En el medio se ubican las tres torres que caracterizan a la república, y a ambos lados se entrecruzan una rama de laurel y otra de encina, con frutas de oro. En la cinta de plata figura el lema Libertas, que también está tallado en la piedra del balcón del Palazzo Pubblico. La parte superior de la bandera es de color blanco y representa la paz, mientras que la mitad inferior es azul claro como símbolo de la libertad.

Cava dei Balestrieri
Cava dei Balestrieri

Salí de la plaza en dirección al teleférico, y luego de atravesar callecitas que suben y bajan, apareció ante mi un gran espacio de piedra. Se trataba de la Cava dei Balestrieri, una cantera abierta en el siglo XIX para la extracción de las piedras que se usaron en la restauración del Palazzo Pubblico. Allí se estableció la Federazione Italiana Balestrieri y el lugar es utilizado para grandes competencias de tiro con ballesta italiana.

Borgo Maggiore vista desde lo alto
Borgo Maggiore vista desde lo alto

Al final de la Contrada del Pianello, y ya llegando al teleférico, un amplio mirador conocido como Il Cantone invita a los más curiosos a perder la mirada en el horizonte. Allí abajo, y como si estuvieran al alcance de mi mano, los techos de las casas de Borgo Maggiore se fundían con los campanarios de las iglesias en un mismo plano. Borgo Maggiore es uno de los nueve distritos o castelli que componen la república.

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Basílica de San Marino

Al cabo de un rato, retomé el camino para continuar el ascenso por otra calle, que previo paso por la Basílica de San Marino o Basílica del Santo, me llevaría hasta las torres medievales. La Basílica de San Marino es el principal templo católico y está situado en Piazzale Domus Plebis. Está dedicada a San Marino, el patrón y fundador del país, cuyas reliquias se encuentran en su interior. En este mismo sitio, existía una primitiva iglesia dedicada al mismo patrón, erigida durante el siglo IV.  Dado que hacia principios del siglo XIX la iglesia se encontraba en muy mal estado, se decidió la construcción de un nuevo templo de estilo neoclásico, cuyas obras finalizaron en 1838. El interior de la basílica está formado por tres naves y siete altares, y el bonito pórtico principal consta de ocho columnas, con una inscripción latina en referencia al santo.

Ingreso a la Prima Torre, también llamada Rocca o Guaita
Ingreso a la Prima Torre, también llamada Rocca o Guaita

Utilicé la Contrada dei Magazzeni para llegar a una plazoleta, desde donde una empinada calle me motivó a subir a la Prima Torre, también llamada Rocca o Guaita. Considerada como una de las torretas más antiguas de la península, data del siglo XI y está compuesta por una torre central rodeada por dos filas de muros.  La fortaleza domina con su magnificencia el precipicio del Monte Titano. La palabra Guaita, que aún está en uso en el dialecto local, significa «protector» y es muy evidente que ésta era la función de este imponente conjunto arquitectónico. En su interior, pude ver innumerables piezas de artillería, incluyendo una serie de cañones donados a San Marino por la Confederación Suiza.

El muro exterior de la Prima Torre
El muro exterior de la Prima Torre

El muro exterior está coronado con almenas y reforzado en las esquinas con torreones. El muro interior está limitado por el campanario y la Torre della Penna, reconstruida en la segunda mitad del siglo XV.

La Rocca me pareció un lugar sombrío y poco adornado. A pesar de las restauraciones, no ha perdido su crudeza primitiva, que se hace más evidente en los fríos días de invierno. Para darle un aspecto aún más oscuro, las nubes comenzaron a rodear el lugar y aparecían por encima de las almenas. La intensa humedad se sentía al extremo. Y aún no había llegado al punto más alto de esa grandiosa fortaleza.

El interior de la Prima Torre
El interior de la Prima Torre

Recorrer el interior de la Prima Torre tomó cerca de media hora, ya que hay varios espacios en distintos niveles y cada sitio tiene vistas imponentes. El panorama desde las almenas de la fortaleza era admirable, a pesar de que el clima allí arriba parecía poco acogedor. De todas maneras, valió la pena ponerle la cara al viento ante tanta magnificencia.

La Seconda Torre (Cesta o Fratta) y la Terza Torre (Il Montale)
La Seconda Torre (Cesta o Fratta) y la Terza Torre (Il Montale)

Por unas escaleras no muy atractivas para aquellos que sufran de vértigo, subí al campanario, el punto más alto de la fortaleza. El viento en el exterior de las torretas era cada vez más intenso, y de repente, las nubes habían rodeado a la Rocca por completo. Casi sin poder ver nada, esperé a que el vapor se hiciera menos denso. Enseguida, apareció ante mí la silueta de la Seconda Torre, también llamada Cesta o Fratta, que se levanta en el punto más elevado del Monte Titano, a más de setecientos metros de altura. Esta torre de planta pentagonal fue construida entre los siglos XIII y XIV sobre las ruinas de una fortificación de la época romana. Y como no hay dos sin tres, pude ver desde el mismo sitio a la Terza Torre o Il Montale, del siglo XIV, algo más alejada de las dos primeras. Es una torreta esbelta y de estructura menos monumental, pero que destaca como último bastión en la cima del Titano. Y a pesar del clima tan duro del invierno allí arriba, las tres torres medievales –Guaita, Cesta y Montale– siguen siendo desde hace siglos los ojos que velan por la perpetuidad del estado más antiguo del mundo.

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014-2016).

18 comentarios sobre “San Marino: las Torres Medievales del Monte Titano

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