Rabat: entre el Quartier Hassan, la Kasbah y el Palais Royal


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Llegué a Rabat a mediodía, luego de un agradable trayecto en tren desde Marrakech que duró poco más de cuatro horas. Fue un viaje tranquilo y bastante cómodo, en un tren que no tiene nada que envidiar a muchos de los servicios Intercity que conocí en Europa. Desde la estación de trenes Rabat Ville, un taxi me dejó en el Hotel Mercure Rabat Sheherazade que está perfectamente ubicado en pleno Quartier Hassan, a escasos 400 metros de la parada del moderno tranvía que recorre la ciudad. El hotel ofrece muy buen servicio de desayuno, y una amplia variedad de platos, sobre todo los deliciosos Tajines que pude probar en la cena.

Rabat, una de las cuatro ciudades imperiales del Reino de Marruecos, es la capital del país. En su área metropolitana viven alrededor de dos millones de habitantes. La ciudad está localizada sobre la costa atlántica en la desembocadura del río Bou Regreg.

La ciudad se originó en el siglo III antes de Cristo, en un asentamiento cercano llamado Chellah. En el año 40 de nuestra era, los romanos convirtieron a Chellah en Sala Colonia, un asentamiento de la provincia africana de Mauretania Tingitana y fue mantenido como tal hasta el año 250, cuando pasó a manos de los gobernantes bereberes. Alrededor del año 1150, el sultán almohade Abd el-Moumen decidió establecer allí un campamento permanente y ordenó construir una pequeña residencia imperial en el sitio del antiguo ribat o monasterio fortificado. Más tarde, el califa Yacoub el-Mansour  proyectó la construcción de una gran ciudad fortificada que se conocería con el nombre de Ribat al-Fath, traducido como Campamento de la Victoria, en referencia a la victoria sobre Alfonso VIII de Castilla en 1195. Estaba previsto construir en ella una gran mezquita de cuatrocientas columnas para superar a la Giralda de Sevilla y a la Koutuobia de Marrakech, pero las obras fueron detenidas tras la muerte del califa en 1199, aunque las murallas y puertas ya habían sido construidas. La Torre Hassan fue abandonada a los 44 metros de altura. Tras la derrota de los almohades en la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, el poder de la ciudad empezó a declinar y fue prácticamente abandonada.

El río Bou Regreg y la Kasbah des Oudaias
El río Bou Regreg y la Kasbah des Oudaias

En 1610, tras la expulsión por parte de Felipe III de los refugiados moros en España, muchos de ellos se instalaron en Rabat y en la vecina Salé. En la Kasbah des Oudaias, se instaló la mayoría de ellos y allí reconstruyeron la vieja alcazaba. Desarrollaron una poderosa flota de barcos y en 1627, aprovechando las luchas internas de los poderes marroquíes, proclamaron su independencia política fundando la República de Bou Regreg o República de Salé, que se dedicó a la actividad corsaria contra barcos europeos. La república fue anexada en 1666 al reino, al ser tomado el estuario por los alauíes, la dinastía que gobierna Marruecos desde entonces.

En 1912 Rabat fue elegida como capital administrativa del Protectorado Francés de Marruecos, y en el año 1956, al independizarse el país, fue declarada la capital del Reino de Marruecos.

El Mausoleo de Mohammed V y las columnas de la inconclusa mezquita
El Mausoleo de Mohammed V y las columnas de la inconclusa mezquita

El recorrido por la ciudad se inició en el Quartier Hassan. A pie llegué hasta el Mausoleo de Mohammed V, un edificio encargado por Hassan II en memoria de su padre. Mohammed V es considerado como el padre de la nación marroquí moderna y fue una de las figuras claves en las negociaciones de la independencia de Marruecos.

Candelabro en la entrada del Mausoleo de Mohammed V
Candelabro en la entrada del Mausoleo de Mohammed V

El mausoleo es el sepulcro real desde su construcción entre 1961 y 1971, fue construido en mármol blanco italiano y está elevado en una plataforma de 3.5 metros de altura. Los edificios incluyen una mezquita y un museo sobre la historia de la dinastía alauí. En la entrada, son muy llamativos los enormes candelabros de cobre.

La Torre Hassan
La Torre Hassan

Al lado del mausoleo, los restos de las columnas de la mezquita preceden al símbolo de la ciudad desde hace ocho siglos: la Torre Hassan. La torre es el minarete no terminado de la Mezquita Hassan, cuya construcción se inició a finales del siglo XII. Por sus dimensiones tan desproporcionadas para el tamaño de la ciudad en aquel entonces, se cree que el califa almohade pretendía hacer de Rabat la nueva capital imperial. Lo poco que queda de la mezquita fue lo que dejó en pie el terremoto de 1755. El minarete, conformado por una torre de base cuadrada de 16 metros de lado y 44 metros de altura, se esperaba que llegase a tener una altura total de 80 metros según la costumbre almohade. Aunque no fue terminada, tuve la impresión de que es realmente enorme y pude imaginar lo imponente que sería si se hubiese concluido. Cada lado está decorado con arcos ciegos lobulados y la parte superior tiene pequeños arcos entrelazados en forma de rombos que conforman un típico diseño sebkha, como la Giralda de Sevilla.

El tranvía de Rabat aproximándose a la estación 16 Novembre
El tranvía de Rabat aproximándose a la estación 16 Novembre

Bajé por el Boulevard Mohamed Lyazidi hasta la Place 16 Novembre desde donde pude tener una muy buena vista del río y de la otra orilla, la ciudad de Salé. Una muestra de la moderna infraestructura del transporte en Rabat es el tranvía, de estándares europeos.

Bab Oudaïa: La monumental puerta de acceso la Kasbah
Bab Oudaïa: La monumental puerta de acceso la Kasbah

El acceso a la ribera del Bou Regreg es muy agradable, y pude caminar por un rambla muy moderna, recientemente construída hasta que llegué a la Kasbah das Oudaias. La Kasbah es nada menos que la alcazaba o fortaleza de la ciudad, y toma su nombre de los Oudaïas, una tribu guerrera árabe que protegía la ciudad de las amenzas rebeldes. Parte de las murallas de la ciudad que rodean a la Kasbah y la Bab Oudaïa – la gran puerta de acceso – fueron construidas en el período almohade entre 1147 y 1248. Al ingresar, disfruté las vistas del río y el mar, desde el Café Maure y me relajé unos minutos en el Jardín Andaluz, que por un momento me hizo recordar mi viaje por el sur de España.

Las estrechas calles de la Kasbah
Las estrechas calles de la Kasbah

Las casas del interior de la Kasbah fueron construidas entre los siglos XVII y XVIII y sus paredes son muy llamativas ya que están coloreadas de azul y blanco. Caminando por las callecitas internas se puede llegar al final de la fortaleza para tener una vista abierta hacia la playa y el mar.

El edificio del correo en la Ville Nouvelle
El edificio del correo en la Ville Nouvelle

Salí de la fortaleza y me dirigí a la Rue des Consuls para caminar por la medina y el souk. Los precios eran muy tentadores, así que aproveché para comprar algunos típicos productos marroquíes. Al finalizar, utilicé el tranvía para llegar a la Avenue Mohammed V, y a lo largo de este boulevard pude ver los edificios de la Ville Nouvelle, típicos de la época del protectorado francés. Uno de ellos, el del correo, tiene una bonita fachada en estilo Hispano-Maghrebi como la mayoría de los que lo rodean. También es muy agradable el edificio de la estación de trenes Rabat Ville.

La Mezquita El-Fas, que forma parte del complejo de edificios del Palais Royal de Rabat
La Mezquita El-Fas, que forma parte del complejo de edificios del Palais Royal de Rabat

Y como estaba en una ciudad imperial, quise conocer el Palais Royal o Dar el-Makhzen, al que llegué luego de una larga caminata. El Palacio está cerrado al público pero se puede caminar por los jardines y tener una vista externa de todo el complejo. Está habitado por cerca de dos mil personas y fue construido en el lugar de una residencia real del siglo XVIII. Fue completado en 1864 pero varias veces ampliado y hoy incluye hasta un hipódromo. Hoy el complejo alberga las oficinas del gobierno marroquí, la Corte Suprema, las oficinas del primer ministro, el Ministerio del Habous -responsable de las organizaciones religiosas- y la Mezquita El-Fas.

Rabat es una ciudad que no puede quedar fuera de un viaje por el Reino de Marruecos. Es imperial, y a la vez muy ordenada y moderna, y atrajo mi atención muy especialmente. Debo admitir que si bien no esperaba demasiado de ella, colmó ampliamente mis expectativas. Y valió la pena pasar más de un día allí.

© Todos los textos e imágenes (a menos que se indique lo contrario) son propiedad de Roberto Rodriguez y Viajemosblog (2014).

14 comentarios sobre “Rabat: entre el Quartier Hassan, la Kasbah y el Palais Royal

  1. Bonito diaro Roberto con unas excelentes fotografías y muy bien redactado; tan solo un apunte : Rabat no fue ciudad imperial; las 4 ciudades imperiales en Marruecos son Marrakech, Meknès, Fès y Oujda (S X-XI bajo la dinastía de los Zenetes). Un saludo.

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  2. Hola Roberto; se pueden consultar estos datos en cualquier tratado de historia solvente, por ejemplo del Historiador M.J. Caillée o en las publicaciones del Instituto de Altos Estudios Marroquíes.

    A Rabat se la publicita como «ciudad imperial» a efectos turísticos; nada mas.

    Ppero Rabat nunca fue una ciudad imperial; es mas, hasta la llegada de los moriscos en el S. XVII, Rabat fue mas una fortaleza inacabada y semi abandonada, un sueño falto de urbanismo, que una ciudad; inconclusa desde la época de los almohades, Rabat nunca tuvo la estructura y continuidad de otras ciudades que si fueron imperiales como Fès o Marrakech por ejemplo; solo a partir de la llegada de los Moriscos, la ciudad empieza a adquirir verdadera estructura de ciudad, culminada con su elección como capital administrativa bajo la época del Protectorado Francés y su confirmación como tal tras la independencia de Marruecos y la restauración de la Monarquía. Un saludo.

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  3. Rabat no solo impresiona por sus azules, también lo hace por sus ocres y sus grises. Es muy distinta al resto de las ciudades de Marruecos. Aquí nadie te hostiga en la Medina, ni te tacha de turista de inmediato. Todo lo contrario, Rabat te deja vivir, te deja disfrutar de sus calles como si fueses de ahí mismo! Me encanto ver este post y revivir mis pasos en esa bella ciudad. Gracias y un saludo!

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